Reconocimiento a socios fundadores e instituciones

Burgos cumple sus bodas de plata

14/06/2010

El Teatro Principal fue el escenario en el que la Asociación Síndrome de Down Burgos escenificó el agradecimiento a la ciudad por el apoyo recibido durante su cuarto de siglo.

Angélica González / Fotos: Miguel Ángel Valdivielso

Imagina que no hay paraíso, es fácil si lo intentas. Ningún infierno debajo de nosotros, arriba de nosotros, solamente cielo, imagina a toda la gente viviendo al día... Esta canción, salida del talento de John Lennon en 1971, y cantada por el grupo de rock suave Els Cracks d’Andi, formado por personas con síndrome de Down, fue la mejor banda sonora que pudo tener el 25 cumpleaños de la asociación Síndrome de Down Burgos, que se celebró ayer por todo lo alto en el Teatro Principal.

Aunque la cita estuvo plagada de personas principales, el protagonismo fue, sin duda, de las chicas y los chicos con esta discapacidad intelectual por los que hace un cuarto de siglo nadie daba un duro. Pilar Díez Moliner, la madre de Isabel Pérez, así lo recuerda: «No teníamos referentes y tuvimos que ir buscándolo como pudimos pero ahora, viéndoles, damos por bueno todo lo que pasamos». Pilar y Juan Antonio fueron una de las familias pioneras que en 1985 levantaron la voz y exigieron para sus hijos los mismos derechos que para el resto. Anoche lo celebraron muy emocionados.

Porque Isabel le entregó a su madre un corazón en metacrilato, símbolo de la asociación, y no pudo contener las lágrimas. Andrés García, que iba como un pincel, hizo lo propio con la suya, Ana Bravo, que tuvo un sentido recuerdo para Luis Mayoral, gerente del colectivo, y Marisol Ausín, psicóloga pionera en la atención a estos chavales, a los que definió como «el auténtico alma de la asociación». También hubo corazones para Ana Ortiz, la madre de Laura de Pedro; Catalina Sainz, la de Álvaro Martín y Lourdes Touchard, la de Juan Garrido.

cumpleañosAntes, Luis Ángel del Val, el presidente de la asociación, hizo un repaso por todos los años de trabajo y lucha frente a un sistema y una sociedad que, en el mejor de los casos, se sentían indiferentes ante las necesidades de estos chavales. Pero también recordó que en el camino no estuvieron solos y por eso quisieron agradecer a mucha gente su colaboración.

El primero en recoger su ‘corazón Down’ fue el presidente de Promecal, Antonio Méndez Pozo, de manos de Sergio Ramos. El editor de Diario de Burgos destacó el tesón del colectivo «que ha sabido sacar lo mejor de sí mismo durante todos estos años, un magnífico ejemplo para incorporar a la actual situación». A Roberto Alonso, presidente de FAE, le dio su galardón Miguel Rodríguez; a Vicente Orden, presidente de la Diputación, Diego Pintos; a Milagros Marcos, gerente de Servicios Sociales de la Junta, Eva García; a Miguel Alejo, delegado del Gobierno en Castilla y León, Marta Francés, y al alcalde, Juan Carlos Aparicio, Olga Redondo. El primer edil tuvo un emocionado y justo recuerdo para Valentín Niño, bajo cuyo mandato el Ayuntamiento le cedió a la asociación la casa en la que se implantaría en 1997 el Centro Estela y junto a la que acaba de nacer el Centro de Promoción de la Autonomía Personal que hubieran sido incapaces de imaginarse en 1985.

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