En primera persona

ASDBU
Un grupo de padres de alumnos del CCEE Estela nos ha relatado en primera persona su vivencia y su opinión personal sobre la escolarización de sus hijos en nuestro colegio. El colegio para nosotros, los padres, significó en su momento un gran respiro. Ya no teníamos que estar preocupados, como cada año, por el nuevo profesor que nos tocaba. Aunque Víctor ha ido siempre contento al colegio, también el cambio fue beneficioso para él. Ya no era “el otro”, era uno más en una clase de todos iguales. Ha avanzado mucho, y no sólo en conocimientos generales, sino en disciplina, autonomía o comportamiento, sin haber perdido la chispa de querer aprender y cada día poder hacer algo más, para lo que cuenta con la colaboración, buen hacer y sobretodo mucho cariño, de todos y cada uno de los profesores el CCEE Estela. Familia Hernando Tejerina Aunque nuestras perspectivas no eran traer a Diego hasta que cumpliera los 16 años, porque habíamos apostado por una integración, nos dimos cuenta que llegado a cierta edad luchábamos contra corriente. En clase ya se perdía en muchas materias y la relación con sus compañeros era igual dentro del centro que fuera. Así que a los 14 empezó aquí en el Colegio de Educación Especial Estela. El primer año le costó adaptarse. Su atención era muy dispersa y con sus compañeros el trato ya era de igual a igual. Este año está mucho más integrado es más independiente, se expresa mejor gracias a lo que aquí se trabaja ya que la enseñanza es más especializada y acorde a sus necesidades, es decir, más práctica que teórica. Además, con la ventaja de que al ser pocos niños los profesores pueden dedicar el tiempo necesario a cada niño. Familia de la Fuente García Borja empezó en el Colegio Concertado de Educación Especial Estela porque era la opción más apropiada para conseguir lo que nosotros considerábamos que era más importante para él, una vez finalizada la etapa de primaria, SU AUTONOMÍA PERSONAL. Los comienzos fueron difíciles porque venía de un centro en el que estaba demasiado protegido, sobre todo por sus compañeros y aquí empezó su convivencia con otros chavales con síndrome de Down y otras discapacidades, ya que no era el chico “especial” que estaba en primaria. Pero poco a poco fue madurando, desaparecieron sus comportamientos que suponían continuas llamadas de atención. Todo ello no hubiera sido posible sin el trabajo de todos los profesionales del centro. Estábamos continuamente informados y de forma conjunta, profesores y padres conseguimos que fuera modificando esas conductas. Al final de su escolarización en el Colegio ha conseguido una madurez como persona y una autonomía importante: - A la hora de tomar sus propias decisiones, - De aprender a aceptar la opinión de la mayoría, - Ayudar a un compañero si lo necesita, - A moverse por la ciudad utilizando un plano - Utilizar los servicios municipales: bibliotecas, autobuses urbanos… Familia González Carpintero Yo tenía muy claro el colegio que quería para mi hija y por eso, la tengo aquí en este centro. Desde que Deisy viene a este colegio ha mejorado mucho en su comportamiento, en su autonomía y en su vida cotidiana. Me gusta este colegio por el apoyo que tienen en todos los niveles. Sus profesores son muy profesionales. Con el tiempo me doy cuenta de lo afortunada que soy al tener a mi hija aquí. Familia López Agudelo
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